Sienten los mares

Sienten los mares calladas nostalgias,

nostalgias de infinito que el horizonte saben,

el recuerdo de una infancia ya pasada

bajo el cielo puro de su niñez de ángel.

 

¿Sabrá el mar qué parecen indulgentes azules

los reflejos del cielo en sus cristales,

o qué sus tersas aguas parecen espejos

con humedecida piel de oro y diamante?

 

¿Sabrá el mar cuando aquietado le observo

qué también son mías las inmensas soledades,

o qué escribo de su rumor en los cuadernos

aquella música de alma suspirante?

 

¿Sabrá el mar en las playas desiertas

cuándo acaricia bondadoso las arenas,

qué en sus manos lleva el halago amable

qué dio el santo Creador a la tierra?

 

¿Sabrá el mar qué en sus lides las nereidas bregan

y qué hermano soy de fantásticas ideas,

qué van acicalando su espumoso penacho

con ademanes transparentes de doncella?

 

¿Sabrá el mar qué hace ya mucho tiempo

en mis ensueños se encuentra una estrella

qué mientras ella camina descalza

él cada noche sus pies cosquillea?