Besos
Besos, besos…, que en tus labios sean oh mujer
enaltecidas palomas de sangre en mi boca;
o mejor un estío donde jamás hallen término
el idilio de la tarde ni el ensueño de las rosas.
Besos, besos…, que en tus labios sean oh mujer
enaltecidas palomas de sangre en mi boca;
o mejor un estío donde jamás hallen término
el idilio de la tarde ni el ensueño de las rosas.