Ah pastorcilla Filis
Ah pastorcilla Filis que en los verdes campos
tanto como en la inocente Arcadia te solazas,
y cosiendo ledas guirnaldas en ociosas horas
de la voz de Villon suavemente escucháis las
baladas; oídme: Dios, alma, sueños, placeres,
todos con mezcolanza en mi pecho se hallan,
y esa dama que de mi deseo es gentil resorte
mi nombre entre los dulces suspiros reclama.