Al pálido roquedal
Al pálido roquedal, a la mustia vereda falta
el tesoro que la picaraza guarda en su nido,
alegres ornatos de abril, broches y pompas
con que la joven Proserpina teje su vestido,
colmenar de ilusiones do la fragante violeta
el aire preña con amor y la tarde embelesa,
hoy andaré musas mías a orillas del Duero
entre alborozos de oro y risueñas candelas,
siguiendo las lozanas brisas y dulces auras
que a soñar convidan al corazón de piedra.