Desengañado al fin
Desengañado al fin del burdo tumulto,
de la pueril mezquindad de la vigilia,
escribo palabras al hervor de una lámpara
como quien en la noche teje o hace su labor,
al padre Apolo pido el don de la armonía
o a Calíope bella y suave inspiración,
luego bajo la luna mis párpados se cierran
y Selene me abraza como al pastor Endimión.