Late inmarcesible

Late inmarcesible si la flecha de Cupido

nos alcanza, obstinada y abrasadora

la llama del amor, los dorados cabellos

en su nívea frente, son más bellos

y luminosos que los rayos del sol,

la blanca y tersa frente, las mejillas

se dijeran pétalos de flor,

en las azules pupilas el cielo

resplandece, ¿y acaso no son sus dientes

perlas que el rocío cuajó?